En realidad se trata de un enfoque que marketing que considera que hay que mirar hacia el cliente, y fijar los objetivos teniendo en cuenta sus necesidades; para ello hay que investigar las necesidades de los diferentes segmentos de consumidores, y adaptar las variables del marketing mix, de manera que den una respuesta adecuada para satisfacer mejor a los consumidores.
Para poder gestionar correctamente este enfoque la empresa dispone de información propia que ha ido elaborando a lo largo del tiempo, tales como informes sobre el número de clientes y sus gustos y preferencias. El siguiente paso será decidir qué estrategia es más conveniente en función de los objetivos que se haya propuesto la empresa.
La aplicación del marketing mix requiere una estrecha relación con los otros departamentos de la empresa, a fin de poder tomar las decisiones más acertadas sobre la gestión del producto, el precio, la distribución y la comunicación.
Finalmente, hay que elaborar un plan de control para evaluar las acciones y calcular la rentabilidad. A partir de este análisis se plantearán los nuevos objetivos empresariales.
Para poder trabajar bien todos estos aspectos, es importante que las empresas dispongan de buenos programas de gestión (erp-crm) en los que pueda haber toda la información empresarial, y se pueda utilizar para enfocar la organización hacia el cliente y hacia el presente.
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